jueves, 29 de diciembre de 2011

Fantasma limpiando


Cuando eres fantasma sabes que no debes fiarte. No te conviene confiar porque detrás siempre hay algo  más. La paranoia te invade. El regalo es mucho para la ocasión. Es sólo su cumpleaños, el que, hacía décadas  que él no  recordaba. Parecía tan alegre y agradable. Ríe con los niños en la cena que, tiene de postre hasta  una torta con velas. Ella  no logra tragar bocado. Llora por dentro. Muchos fantasmas  han aprendido a llorar interiormente. Se nota igual porque  les cambia la cara. Se desfigura, sin embargo, hay que hacerlo  así, ya que, se les está prohibido llorar. No tiene por qué. Lo tienen  todo ¿no? .Tampoco tienen que trabajar de sol a sol para tener esa hermosa joya. No tiene que esforzarse por las cosas que  disfruta en casa. Ella  estaba protegida. Abrigada. No como las niñas en otros países que  son vendidas, o prostituidas desde pequeñas; o de las que  son mutilados sus sexos,  o  asesinadas sin que se sepa que existieron siquiera; o de las que las matan por celos enfermizos o que decir de las chicas que  en otras culturas las casan desde tan pequeñas y las hacen mujeres  en cuanto menstrúan…no. Ella no tenia de qué quejarse.  Ella lo tenía todo y no tenía derecho a llorar ni  a reclamar…Solo agradecer. Y de algún modo,  finalmente, después de que todo el dolor decantaba, se sentía culpable. Sin duda que, de alguna manera, él tenía razón en sus argumentos. Pero se dice que cada joya o cada atención brindada a un fantasma  se deben  pagar. Y eso asusta porque en  un principio son cosas pequeñas. Se pagan con hacer un gusto en la comida, luego cambiar algo en la forma de vestir, en tu forma de hablar, de actuar,  callar, de pensar…
Los golpes, los gritos, las ausencias, los hijos, la soledad enseñan que se debe aceptar y seguir. Y esta vez ella temblaba. El anillo  era hermoso y sabía que,por lo menos, le había costado  un par de millones de pesos y él repetía que se lo merecía. Que ella lo valía. Se lo decía a sus hijos. Sin mirarla. A los fantasmas no se le dicen esas cosas. Aún estando con alcohol encima. Las cosas buenas hay que ventilarlas en público para que se los felicite en la acción. Y ella apenas sonreía. Estaba aterrada. Más aún  cuando les dio permiso  a sus  dos hijos para ir a una fiesta, con amanecida, en casa de unos compañeros de colegio. Ella  no tenía opción y ahora sabía. Seguro que alguna cosa referente al plano sexual le pediría. Por eso tanta atención. Y ella debía aceptar. Ser violada en tu propia cama no es algo que se pueda superar de forma fácil. Ella lo sabía. La había violado dos veces y eso era suficiente para aprender….así que, ahora, era una conocedora  de todas las posturas en la cama, de juguetes y de orgasmos…a veces los disfrutaba. Se dejaba llevar por  unos tragos de más y listo…El dolor, el tiempo se encarga de  domarlo.
Y él ayudó a los niños. Les pagó taxi. Eso la hacía pensar que lo que le pediría rayaba en lo absurdo…
Cuando tocaron el timbre se angustió. Nada pasaba por su mente pero el  timbre fue lo que percuto algo dentro. Su sexto sentido le advirtió, le gritó que, algo que ella no quería que pasara,  pasaría.
Y salió por la puerta trasera. A mirar el cielo. El cielo era su refugio siempre. De día o de noche.  Las estrellas eran pocas. Las luces de la ciudad tan mal que  le hacen al cielo, pensó. Le lavan  el brillo de su cara. Y el cielo tiene  una cara tan llena de esperanzas. La brisa fresca de media noche la acarició pero no logró tranquilizarla. Miró su nuevo anillo sin pensar  en nada hasta que escuchó la voz de su marido llamándola por su nombre. De forma casi cariñosa.
_Entra. Llegaron unos amigos que había invitado. (A los fantasmas no se les comunica algunas cosas). -Olvidé decírtelo. Sácate el delantal y ven a saludar.
Era una orden. No un pedido.
Y entró lento.
Detrás de su delantal de cocina él sabía que había  un cuerpo bonito. Sus años, cuarenta y cinco ya, no se reflejaban en él.  Cuando ingresó a la sala en donde  reían dos hombres y una mujer lo supo. Por la forma en que la miraron
_Ella es.
_Pero  no habías dicho que tenías tan bella mujer. (Fue el comentario de todos)
Y saludó autómata. Para  no tener conciencia de lo que sabía  que allí sucedería. Mientras lo hacía se sentía como mercancía para ser vendida. Como las reses que salían a vender con su papá en el campo cuando adolescente. La miraban, le  examinaban sus detalles…se sentía un animal  mostrado para la venta.
Él se lo había comentado  hacía  meses. Ella se había negado pero un fantasma  no es escuchado en sus deseos. Hasta pensó que se le había olvidado porque  nunca más habló del tema. Aunque le pareció sospechoso el insistente  interés  porque su   dormitorio fuera  restaurado de  puerta a puerta, así como el baño.
Y allí estaba  la respuesta. Se la dieron ellos. Los amigos que llegaron. Por la forma que la auscultaban. Ella  sabía que era atractiva pero siempre quiso pasar desapercibida. Esas cosas no le eran de importancia. De hecho quiso afearse para que él ya no la mirara siquiera. Pero fue desastroso al final. Engordó y la pesadilla vino. Él la veía comer, lo que fuera y la molestaba, la torturaba, le quitaba todo para alimentarse, la humillaba delante de quien fuera.
 Los que llegaron tenían una conversación agradable. Pero no le interesaba la forma que la observaban. Había lujuria  en el ambiente. 
El alcohol empezó a hacer efecto. Ya no había marcha atrás. No tenía la valentía para defender su posición. Cuando  una mujer se transforma en fantasma no hay quien escuche sus argumentos, ni por muy buenos que ellos sean. Tampoco  saben de donde sacar la valentía para defender su punto de vista.
El anillo tenía un precio. Un trío. No sólo con uno más, sino que,  era con tres. Incluida una mujer. Una bella y joven mujer. Entendió que era pareja de uno de ellos. Todo como él quería. Como  le había comentado alguna vez.  Era ese su sueño. Verla con otros  en su cama. En su propia cama.
Cuando  él  le acercó ese cigarrillo se sintió diferente. Algo tenía el cigarrillo. Sabía de cigarrillos porque  uno de  sus instantes preferidos era salir al patio a fumarse uno después de haber hecho todo en casa. Sabía que era una muerte lenta. Pero era su placer.
De allí en adelante parecía que algo incontrolable la incitó a aceptar que él tocara a  la chica que venía con ellos. Las risas parecían tener algo mágico para ella  y se dejó llevar. Uno se acercó y le tocó la cara. Se allegó  y le dijo:
_Eres muy bella. (Y en su oído le dijo) _No mereces tener como esposo a este patán.
Y lloró por dentro. Hay verdades que ni la más fuerte droga te la quita de las venas del corazón.
 Y se dejó tocar. Invadir. Las caricias, los abrazos. No recuerda  como llegó a la cama. Tampoco muy bien  cuando quedó sin ropa. Sólo instantes. Como una película vista de a ratos. El placer apenas lo recuerda. Manos encima, labios, dientes mordiendo, sexos dentro, la cara de él  pleno de lujuria, en satisfacción…a ratos. Como un sueño difícil de entender.
Nunca una mujer  la había tocado en su intimidad y recordaba algo de esos instantes y de cómo ellos las miraban, las guiaban, se divertían. Disfrutaban.
El sonido del teléfono la despertó. Parecía ser  que en casa no había gente.
Se levantó  a contestar. En el reloj del comedor, con el rabo del ojo, alcanzó a ver que  eran las once de la mañana. Era él.  Le indicaba lo que había que
hacer. Como todos los días. A los fantasmas se les toma por tontos que no
saben cómo y qué hacer durante el día. Que no llegaría temprano para salir a dar una vuelta como se lo había prometido, sino que, lo haría  hasta la noche porque  lo había retrasado  algo en el trabajo. Los trabajos a última hora  siempre lo demoraban. Últimamente con bastante más frecuencia. Que se preocupara de los niños que llegarían después de almuerzo. Era día sábado.  Se metió al baño y se duchó minuciosamente. Lloró mucho para limpiar el alma pero  la culpa de ser tan cobarde no salió. Pero no tenía tiempo para detenerse en eso. Tampoco para hacerle caso a los moretones que vio en su cuerpo. Ni al dolor físico que se le vino de pronto. Los fantasmas no tienen tiempo para ellos. Era día sábado. Debía limpiar la casa y ya estaba retrasada. Y se enfocó en eso.
Antes, se sacó el anillo. No fuera a ser cosa que le pasara algo malo y él  la torturara  el resto de vida que le quedaba a su lado.
Había que limpiar la casa y no recordar. Los fantasmas no tienen derecho a eso. Ella, es un fantasma del lado izquierdo, de esos que nadie ve.
Eloisa Echeverría.

martes, 5 de julio de 2011

Soles desfigurados caminando.




(Por las mujeres que viven atadas, amordazadas, engrilladas a los bolsillo usureros de machos que juraron protegerlas en el camino )

El alcohol  que bebo  antes de ir a la cama
que tomo para poder conciliar el sueño
no puede detener este mortificado vivir
este caminar por las sombras
que  sierran mi casa de olvido concentrado.
Rayo cruel  que golpea mis ojos del alma
no me da la luz que busco en mi pasear errante.
Nací hembra para dar la vida
y me la quita uno que no puede acarrearla.
Si es de frenesí constante este sin sentido
De injustas raciones me alimentan
como si venir siendo mujer hay que pagar renta
Se apoderan de mi piel para conveniencia.
Todo lo que tengo lo tengo que pagar
con encierro cruel y falta de pan
Porque no permanezco en la vida como un ser
de equilibrio perfecto según su parecer.
Y no importa si son educados o analfabetos
el final siempre es el mismo en este pasear
Todo hombre se siente con el derecho a patear
a su mujer si esta no lo quiere mas amar.
Es de compra y venta la llegada a existir
como hembra en esta tierra tan difícil
porque el varón se cree que con  sólo pedir
debe hacerse lo que él piensa que esta bien
Hay que dar lo que al macho le conviene
hay que pensar lo que el piensa o se muere
hay que creer lo que el cree o se detienen
y de alguna forma cruel te hacen cambiar de parecer.
El alcohol de antes de dormir que inunda mis venas
es de fácil convivencia ahora con los años
es el único que me da la paciencia y el estómago
para seguir adelante y  salir sin algún daño.

lunes, 4 de julio de 2011

En algún laberinto.




Ladrones de fantasías caminamos lejanos de las realidades
con luces de neones y metáforas en las manos, queriendo paz,
entregamos ilusiones para que nos entreguen algo más
porque la naturalidad parece ofendernos a nosotros mismos.
¿En el alma?
No nos queremos aceptar,
no parece que pueda la certeza cuadrar.
Humanidad de camas oscuras, vacías.
Complejas estaciones de no poder amar con autenticidad
de mesas disconformes porque la del vecino, su propiedad
parece que siempre tiene más…
Argumentos en la hora de predicar
 válidas para el resto no para tu existencia.
 Noche en el alma de la realidad
en donde siliconas, voluptuosidades paralizantes, nada verdad,
comercializaciones punitivas alivian la orfandad un rato.
¡Me quiero bajar! De este vacío, de este desierto en el corazón
que se marchita sin amor, sin tu amor en mis rincones…
El billete asesina y encarcela mis ansias mis emociones,
en jaula de oro.
Necesito abrazar tu anhelada cima.
El comerciar es más importante para todos,
los sentimientos en la calle de esta civilización
se deben esconder, se obligan a callar, ¡no a la emoción!
me matan porque sola pretendo volar .
¡Me quiero bajar! No quiero sombras que me callen
que no me dejen descansar en paz. ¡No me fallen!
Y ¿a quién pedir ayuda?
Si las caras caminan autómatas, conducen autómatas
ruedan sin aliento de vida y son parecidas entre todas
porque son las mismas cartas que están echadas, son modas,
sin motivo aparente desde el nacer…
Porque son tan pocos los que sienten que no se equivocaron.
Mínimos los que aceptan sin mirar atrás, con saber,
sin maldecir las malas decisiones y no las ven como aprender…
Tan pocos los que ven la luz en el caminar
Mendigos del amor caminamos
Y cuando lo tenemos lo malgastamos
De machos carcomiendo en el alma, en todo sus trances
a bellas hembras matándolas en sus avances.
De mujeres derramando cada noche, en cada pensar,
margaritas negras en la almohada que no se han de secar…
De eso sólo se compone la existencia de muchos
pero hay que esconderla, anular lo que se siente
no se ve bonito que se cuele la verdad en el ambiente
¿Te podrías electrocutar?...(me hace falta tu mirar)

jueves, 31 de marzo de 2011

MIEDO.



Cuando su hija de ocho años la recriminó de forma muy fuerte y grosera porque olvidó ponerle algo en su mochila del colegio, el padre, levantó la voz  así como su pesado organismo y se plantó en medio de la dos.
_Pero ¿cómo eres capas de aguantar que tu hija te hable así?... ¿cómo te atreves a enseñarle a no respetar a sus mayores? _La tomó de los brazos impidiéndole el movimiento_ Aquí es donde debes levantarte y pegarle por  levantada… ¿crees que a mi me va  a hablar así? Jamás, porque ella sabe que si me sube el tono la pongo en su lugar…
Ella quiso rebatir  pero él la hizo callar mientras ejercía mayor presión sobre sus brazos.
_No te atrevas a defender lo indefendible, cada vez que abres la boca es para  decir tonteras…eres muy incapaz en lo de enseñar con mano dura a tus hijos,  yo sé que los amas pero vas a criar puros monstruos con esa actitud…y no busques pretextos. Tú siempre has sido una mano blanda en todo lo que haces, todo a medias y nada de mano dura como yo. Eres culpable de lo que tu hija te hace…No se cuando vas a aprender. Ya eres grande como para andarte enseñando mas encima las cosas de la vida.
Y ella se calló. Agachó la cabeza. Tenía miedo a su reacción si ella le expusiera lo que veía en realidad. Que la forma en que su hija de ocho años la trataba era la misma forma en que él lo hacía. Que su hija ocupaba los mismos términos para degradarla que ocupaba cada día él pero temió por su integridad física. Temió que todo acabara como tantas otras veces en que ella sacaba valor y le respondía con argumentos desde su punto de vista. Temió que una vez más tuviera que salir a la calle y mentir que se había herido con algún mueble para justificar los golpes. Miedo. Siempre  miedo terrorífico a sus puños, a sus pies. A la  fuerza bruta que siempre terminaba imponiéndose. No importaba lo que ella argumentara. Nunca tenía la razón, siempre terminaba magullada… Así que sólo le dijo a la hija que fuera a lavarse los dientes  antes de ir a dormir. La hija salió después de darle un beso a su padre. Recién la soltó. Por lo menos, se consoló sola, una blusa con magas largas le evitaría dar explicaciones por los moretones que sentía aflorar  en sus frágiles brazos…
Lo que  los padres hacen frente a los hijos es señal de que está bien. Si gritas aprende a gritar. Si degradas aprende a degradar. Si le enseñas que el amor fraterno es lo más importante para la convivencia sin duda que su actitud frente al resto será de respeto. Pero el trabajo de los padres es a la par. Si uno agrede, los niños tienden a hacer lo mismo porque tienen miedo de  terminar de la misma forma que el agredido.

DE: "Soles oscuros tiempos derretidos".

martes, 1 de febrero de 2011

Tiempos de hembras sangrantes


Por las mujeres maltratadas, calladas a golpes en el alma, por ellas y el vino amargo que  toca tragar …





Resurjo madera  en la piel, en mis lágrimas me afirmo,
entereza que se ve cruel porque guillotina mis sueños.
Respiro la melodía arcaica que me enseñaron mis mayores
Lo bebo cual néctar que me eleva para avanzar sin dueños
Pero mi sed es de nuevos bríos que me dan las ilusiones
que no me dejan tocar y cada instante aumentan mis dolores.

Cual centella, meteorito milenario reverbera en mis sentidos
noto savia inundando los espacios que antes eran vacías vidrieras
el camino lo reconozco mío y solitario y lo hago a pulso sin dudar
pero la condena llega, el índice acusador me lo refriegan en las cristaleras,
 en los ojos para que mi vista siga nublada y se haga sin que razone
 lo que el dueño del fundo quiere hacer y obliga a alcanzar.

Si ni  importa a lo que apele, a nadie le afecta porque soy mujer
Y no me cuenten que es de antaño lo que replico y  lloro
Es ahora que se da en pleno siglo veintiuno esta  injusta realidad
se someten a mujeres, se les niega un pedazo de pan a coro
Sólo porque el macho que está al frente  tiene el mando y la plata
Y se adueñó del azadón porque se le olvido el amor y la hermandad.

De:"Soles oscuros tiempos derretidos"
Eloisa Echeverria