Fantasma 2.
Tiempos que sin demora
me colman de soledad las horas,
nadie llama por el nombre
es más fácil llamar
por la condición social.
Eloisa Echeverria.
Se llenan de espanto los espacios,
atraviesan con puñales
salvajes toda sonrisa.
Amargo es el pan de la mesa
en todo este ir
que fragmenta las frentes antiguas con prisa.
Las horas sin demora se
amontonan, se segregan
en el atril de las puertas
desquiciadas en su risa.
Historias mal contadas, mal
vividas, mal paridas,
no sé hasta cuando se aguante la
hinchazón
que en las gargantas se esconden al no exponer de frente
por miedo al qué le harán
después de hablar, en el colchón.
Frentes marchitas en que se
derrocan sueños,
se cierran ventanas para
escapar de la traidora sin razón.
Los pilares de un abismo
desmoronan las pisadas
es deforme y carcome el
miserable sustento;
no hay fachadas que un poco
de dulzura puedan entregar.
Se mira el trino aciago de las cortinas en que se esconde el lamento,
no lanza en el día ni una
mugrosa emoción de penitencia.
Orfandad de besos desteñidos
y silentes, desamparo a cada momento.