Octubre 12
Un día sin fecha ni hora me convertí en fantasma. No. No es que esté muerta. Sólo que no me ven.
No me escuchan. ¿La razón? Nunca la he podido entender.
A mis hijos les dí la vida y sólo me ven para recriminarme si no hice lo que esperaban que hiciera por ellos. A mi esposo le he dado veintiún años de mi vida, de mis sueños, de mi existencia. Pero, no me ve. Me ve cuando… ¿Cuándo me ve? No lo sé…ah! Si. Para reírse de mí…entonces un súbito sentimiento de lástima fluye por él. Se refleja en sus ojos y me ve. Me envía un beso en el aire y me dice: _Pobrecita, tú sabes como soy_
Y el vacío aumenta porque lo hace frente a mis hijos que, aprenden.
La brecha entres ser fantasma y ser real se acrecienta porque no puedo expresarme. Sería fatal.
Esa vez también me vio. Cuando me recriminó por la comida tibia.
_ ¡Sabes que me gusta caliente!
_ ¿Por qué no la calientas a tu gusto?, estoy en el baño con la hija.
No recuerdo mucho. Creo que fue una bofetada en el lado derecho... Es que como sostenía a mi hija menor sólo no quería que se asustara. Recuerdo su cara de odio…Las palabras tampoco las recuerdo.
Lloré por horas en el baño después de que todos dormían… Me dolían tanto los brazos después del zamarreo. Dí gracias a dios que sólo fueron los brazos. Ya no recuerdo cuando me convertí en fantasma. Puede ser que siempre lo haya sido y sólo ahora me percato. Cuando tengo necesidades y veo que nadie me ayuda. Quiero alguien con quien hablar. Sólo eso. Que escuche mis cosas, ría conmigo o sólo me oiga. No son muchas cosas. Después de todo ser fantasma y viviendo entre cuatro paredes no es mucho lo que tengo para contar. Levantarme, atender a los míos para que puedan cumplir sus obligaciones fuera de casa. Aseo, limpiar, limpiar, ordenar, cocinar…
Cuando me corresponde ir a la sala de estar que, tiene una ventana con vista a la calle, observo y pienso. La gente que pasa ¿También será fantasma en sus respectivas realidades? Los niños que no tienen voz…las mujeres tan tristes, los ancianos enfermos. A veces creo que ser fantasma va ligado a la cantidad de dinero que hay en los bolsillos de cada uno.
Me aterra pensar salir a la calle. Apenas algunas personas me ven. Nadie mira a la cara para saber y entender. Para hacer sentir que existes. En cada encuentro en que me dirigen la palabra es para tomar el dinero que tengo en mis manos. ¡Existe mi mano! Ya es algo.
Un principio…Si. Me río de mi suerte.
En fin. Es mi realidad y no creo poder cambiarla. No le veo una salida, aunque a veces sueño que si la hay…
He orado mucho como forma de meditación para buscar paz. Finalmente he decidido, por mientras, empezar a escribir. Lo haré cuando pueda y lo que se me ocurra.
Guardaré esto bien guardado. Pienso escribir lo que siento. Si lo descubre alguien, sin duda que, tendré grandes problemas. El entretecho será mi aliado. Si no lo limpio yo lo limpia nadie. Es territorio mío. En todo caso lo pondré dentro de un balde en donde tengo recuerdos de mis hijos cuando bebes.
Esto de ser fantasma implica no tener otro pensamiento que no sea el que los otros quieren que pienses. Siempre también, me informo de la gente que vive en el resto del mundo. Sé que no soy el único fantasma. Soy una mas. Pero escribiré sobre mí. Sobre mi experiencia en la tierra como fantasma. Es un alivio saber que volveré a casa, en el cielo, después de esta experiencia. Lo que me preocupa es no saber, fehacientemente, si seré castigada por haber dejado que el mundo me haya transformado en fantasma.
Soy el fantasma del lado izquierdo de mi mundo.
Marie.